Allí está, mi ojo dormido,
cuando se logra despertar,
corre por el un gran río de luz.
Me integro al caudal eterno.
Cada gota de lluvia que encharca,
vuelve a correr algún día por el gran río.
No tengas miedo de evaporarte,
despues caeras,
y todo tú abrazarás la tierra
en forma de millones,
y millones
y millones…
de bendiciones.
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